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ECOS

 

Desde lejos se oyen sus críticas, sus equívocos y lamentos. Son esas voces quebradas y antiguas. Es ese latir que nos pone nerviosos. Es la esperanza, la incertidumbre que como pasos de botas viejas rebotan entre libros y candelas. ¡Ahí vienen!...aquí están.

 

 

DIVAGACIONES METAFÍSICAS 

"...y el hombre creó a Dios"

 

"Yo recuerdo que, cuando niño, Dios me había fallado. 'Hablaba' con él, y creía en lo más profundo de mi corazón que él me escuchaba. Pero ni siquiera me oía. Sabía de antemano  que no me respondería con palabras, pues no me consideraba tan digno y privilegiado  para que él se me revelara. Sin embargo, en mi 'inocencia' esperaba , por lo menos , que se me manifestara de alguna manera. Pero no lo hizo. Empecé a extrañarle...ya no me amaba"

 

MELANCOLÍA

 

Se ha desembarazado de la esperanza, ha rechazado los sueños celestiales: vive el presente en su entera contingencia, y vive no porque exista un motivo, una razón o una justificación sino simplemente por vivir, por pasar el rato, porque solo él hace existir el tiempo, pues él, es el tiempo.

 

O LO TOMAS O SE VA

Creyendo que duermes, lo haces desde la descontrolable necesidad de gritar. Pululan en ti ideas que se cruzan y entrecruzan. No puedes dormir. Te das vuelta para acomodarte. Quieres dormir con la esperanza que al despertar darás forma a tus inquietudes desde la creación. Despiertas y aún ves las ideas que crees tener en posesión. “Luego les daré forma”, te dices, pero ellas se van desvaneciendo, se van empañando como el vidrio que guarda el frio.

Con los instrumentos para crear estás ahora dispuesto a realizar lo irrealizable. Pero el impacto, el deseo y la urgencia se han ido. Viene entonces  el esfuerzo por sacar de tus profundidades lo que en su momento debía salir. Y todo el parto forzado que salga de ahí es artificial, sin brillo: No es ahora más que el engendro de la disciplina autoritaria de la razón, sin lubricación. Has dado al mundo una cosa, en lugar de lo que pudo haber  sido un latido.

Puede que tengas otras oportunidades. Eso crees. Pero todas serán únicas e irrepetibles y deberás tomarlas en el momento, a las tres de la madrugada; mientras haces fila; en el retrete; a mitad del orgasmo; o te abandonarás por siempre, lentamente, cual imágenes que se alejan, se pierden y se disipan. No quedarán de ellas más que sensaciones que también perecerán.

 

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*. Víctor Manuel (AD)

 

 

 

 

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