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ESTADO DE HUELGA

28 de setiembre de 2018

 

« Estado de Huelga. Mucha gente se ha tirado a las calles para cuidar su estilo de vida. Han hecho bloqueos para limitar u obstaculizar el “libre tránsito”. Muchos han tenido que hacer sacrificios, no pudiendo llenar sus automóviles de combustible. Se ha puesto en riesgo la vida de quienes necesitan los cuidados médicos en tiempo de huelga ».

 

Todas estas son noticias que circulan en los medios de difusión; pero nunca oirán que la libertad (en este caso, de tránsito) no es un valor que deba estar por encima de los derechos de los sectores más desprotegidos de la sociedad, no escucharán que dependiendo de otros valores superiores la libertad de tránsito deba de postergarse por un tiempo. Y por supuesto jamás escucharán que cuando un pueblo entra en huelga es porque están hartos del mal manejo que han hecho los gobiernos favoreciendo a las grandes corporaciones (siendo las más poderosas transnacionales).

 

Los medios de difusión no dicen tampoco que siempre ha estado en riesgo la vida de personas que necesitan cuidados médicos aún en periodos normales de paz social. La CCSS no puede ser efectiva para atender oportunamente a todos sus pacientes. Es esto un problema interno de inoperancia, he incluso de corrupción, al interior de todas las instituciones del Estado. Eso es cierto y no se puede tapar el sol con un dedo; pero las razones del porqué de la inoperancia y de la corrupción al interior de las instituciones del estado no podrán encontrarse explicitadas y explicadas a través de los Medios de Difusión; puesto que tales medios tal a como están diseñados hoy día les imposibilita siquiera acercarse a la explicación de dichos fenómenos. Quizás las explicaciones más cercanas a la verdad solo pueden ser planteadas desde las Universidades que albergan aún en sus políticas académicas la existencia de institutos de investigación con sus respectivas revistas especializadas. Mas esto está muriendo hoy. Y, sin embargo, aun existiendo, dicha información verificable no puede ser puesta en bandeja de plata al gran público. Solo un sector especializado podrá tener acceso a ella.

 

Lo que sí podemos asegurar es que además del mal funcionamiento al interior de las instituciones del estado, existen intenciones y acciones encaminadas a socavarlas  con la finalidad de que la opinión pública considere y exija eliminar o privatizar dichas instituciones, o alquilarlas a grandes corporaciones transnacionales que ya encuentran hecha la plataforma construida por el estado, es decir, plataforma construida con los impuestos y el trabajo del pueblo, tales como ferrocarriles y vías ferroviarias, puertos y magnas embarcaciones, universidades, hospitales, sistema de aguas y fuentes acuíferas, sistemas de electricidad, parques nacionales convertidos en parques privados, etc.,.

 

La urgencia de planes fiscales es un fenómeno urgente al interior de muchos países para lograr siquiera una supervivencia aceptable (con todo lo subjetivo que esto pueda implicar). Pero dichos planes fiscales tienen su cuna en los gobiernos. ¿Y los gobiernos al servicio de quienes están?  — ¡Al servicio del pueblo, al servicio de los sectores más desprotegidos de la sociedad!— Si realmente crees en eso, me temo que hasta acá llegamos con este razonamiento, pero antes de cerrar habría que profetizar que pensando así, lo único posible es el caos, la pobreza, la explotación y la esclavitud, y que una utopía posible es imposible.

 

De hecho, el caos social del momento aparece curiosamente después de estrenar presidente, quien conformó su gobierno integrando  —como agradecimiento por haberlo apoyado— a líderes de otros partidos políticos. ¿Y si te digo que la clase dirigente pertenecen al mismo partido, al partido de los políticos? Puedo ser tachado de paranoico pero no de ingenuo; lo que sí sucedió con muchos de mis familiares y amigos que apostaban con una ingenuidad apabullante por un candidato u otro. Hubo un discurso político neoteológico gestado hasta el cansancio en las redes sociales. Había que ir a votar por el “menos malo” o por el “mal menor”. Bueno, ahora gobierna el “mal menor”, el menos malo. Y no se trata de si es verdad esa percepción o no. Ahora no importa. Lo que sí es decepcionante es creer: primero, que el sistema político de nuestro país es democrático, y segundo, creer que lo más importante de una democracia son las elecciones, cuando el propio funcionamiento político es una negación rotunda de la misma ‘democracia’ que se pretende defender. Lo que se llama “democracia representativa” es por un lado la negación de la democracia, y por otro lado, no se puede llamar siquiera democracia. La idea de la democracia representativa es, tal cual, una idea gestada por la derecha gobernante, aun incluyendo a esas derechas que dicen ser de izquierdas y usan el color rojo en sus estandartes.

 

Se elige a una pseudo “minoría selecta” para que elija el destino de la mayoría, de esa mayoría que sale a las calles, so pretexto de que ha sido ese mismo pueblo idiota (que lo es por cierto, por domesticado, por menguado) quienes los han elegido. Pero lo cierto es que son las clases poderosas quienes han construido efectivamente una plataforma con un andamiaje casi perfecto.

 

Las clases gobernantes gobiernan en beneficio de las clases más poderosas, de esa ínfima minoría que ni siquiera sale en televisión y en los noticieros, porque ellos mismos son quienes han mandado diseñar esos medios para el control del vulgo. Antaño, el medio principal de manipulación y adoctrinamiento era la escuela, el sistema de control secundario, y la educación superior, final, que era la flor en el ojal. Hoy, en los nuevos tiempos, son los medios de difusión la voz cantante. ¡Por favor! ¡Dígame donde se “informa” la gente! ¡Dígame donde se informan y le diré cómo son! ¡Le diré que piensan y qué desean! Es lamentable, pero el círculo es vicioso, enfermizo.

 

Les enseñaron todo lo que saben acerca de la democracia, la libertad, y el bien común. Hoy les dicen que el plan fiscal no solo es necesario, sino que es urgente de aceptar ya, ¡ya no hay tiempo! Sí, habrá más impuestos, pero es la salida más efectiva. Lo que no se dice es que los  impuestos son para los trabajadores, en especial para quienes no pueden siquiera esquivarlos: los empleados del sector público, a quienes los rebajos salariales se les aplica automáticamente.

 

Los impuestos no son para las grandes corporaciones transnacionales (principalmente). Incluso, a muchas de ellas se les ha premiado exonerándolas. Esto no lo dicen los medios de difusión y sus noticieros. Y dónde están los científicos sociales que pueden brindar con datos contundentes cuáles corporaciones tienen deudas con el estado y cuánto deben; y a cuales de ellas se les han perdonado sus deudas? En ausencia de fuentes como estas, las carreras pro-gobierno de las mismas universidades públicas tienen el camino libre para defender ‘científicamente’ el actual plan fiscal que favorece a las magnas empresas privadas. ¿Pero se ha preguntado qué sucede si usted no paga sus impuestos? 

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