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Huellas Perennes (1)


 

 

 “Sobre mi mesa tenía unos tomos de Nietzsche. Con él vivía, sintiendo la soledad de su alma, presintiendo el destino que le empujaba inexorablemente; sufría con él y era feliz de que hubiera existido un hombre que había seguido tan consecuentemente su camino" (2)

Herman Hesse, influenciado en gran medida por Nietzsche  –a quien no deja de mencionar en menos de dos ocasiones en Demian y en El Lobo de las Estepas–  estudió posteriormente las obras de Freud, para someterse  luego a un tratamiento psiquiátrico  con Jung, estando un tiempo internado en un sanatorio. La filosofía oriental, el ‘nietzschismo schopenhauerino’, el psicoanálisis freudiano y el análisis junguiano, influyeron en la concepción mística-filosófica de Herman Hesse, desplegada a través de su literatura.

En su primera novela Peter Camenzind (1904), habla de un joven que abandona su aldea en las montañas, para convertirse en un poeta, y en Bajo la Rueda (1906) describe la historia de un joven estudiante totalmente apartado de sus contemporáneos, que huye a diferentes ciudades después de escapar de la escuela. Es notoria la importancia que le dio Hesse a su vida infantil y juvenil (a como lo hace tanto el psicoanálisis freudiano como el psicoanálisis existencial) en donde fue víctima, como todos los niños y jóvenes alemanes de su generación, de una educación enajenante y opresora. Asimismo, el retiro a la soledad, al fuero interno de cada cual, se deslumbra desde estas primeras obras.

El tema de la soledad estará también presente en el mensaje místico–espiritual de Hesse, lo que recuerda a Zaratustra: “!Amigo mío. Escapa a tu soledad !Huye hacia la altura, hacia donde soplan vientos ásperos y recios!”(3).

Ya en 1920, Herman Hesse escribió una obra con el nombre de  El regreso de Zaratustra, y en 1922, su interés por el oriente y su visión espiritual del mundo fue más intensa, de ahí una novela sobre Buda, intitulada Siddhartha. Sin embargo, hay que recordar que nuestro análisis se centrará en dos de sus obras, a saber  ´Demian’ y  ‘El Lobo de las Estepas’.

Demian fue publicada en 1919 con el subtítulo ‘Historia de la juventud de Emil Sinclair’, como producto quizá de la crisis espiritual por la primera guerra mundial. En esta novela, Herman Hesse refleja su preocupación por el inconsciente y el psicoanálisis; en ella “se encuentran huellas de las teorías psicoanalíticas, es un interesante documento que refleja las angustias  y las rebeldías de la inmediata posguerra”(4). La conflictividad de la época que se respira en el ambiente, nuevamente es reflejado en la juventud mediante dos personajes principales: Max Demian y Emil Sinclair; ambiente que ya se ventilaba en Peter Camenzind y Bajo la Rueda.

Por otro lado, El lobo de las Estepas, publicado en 1927, es el relato de un hombre que lucha entre  los instintos animales y la respetabilidad burguesa “analiza su doble personalidad de hombre culto y fino de la bestia malvada”(5); pero el Lobo estepario es más que esa reducción sencilla, y eso es lo que se va a demostrar.

En las postrimerías del Siglo XXI se sigue recomendando a la juventud la lectura de Demian. Yo recomiendo a los adultos sobrepasados por su propia vida la lectura del Lobo Estepario para que vean reflejados sus fantasmas. Quizás más allá se deba ir tras de Shiddhartha y El Juego de los Abalorios. Es claro que la lectura de las obras de Hesse sigue vigente desde muchos ámbitos y esferas. Su influencia literaria, así como su manera de ver el mundo y, sobre todo, el ambiente subliminal que se aprehende en su estética, continúa latiendo en los espíritus inconformes que abren los ojos a sus letras.

 En los Estados Unidos la obra de Hesse fue redescubierta por Timothy Leary, ex profesor de filosofía de la universidad de California de la que había sido expulsado por sus experimentos de droga con los estudiantes. Teórico de la cultura psicodélica y underground, Leary recomendaba a los hippies la lectura de Hesse, al que consideraba como ‘el profeta del underground’: ‘Lean diez páginas de Hesse antes de tomar una pastilla de LSD’. Ya en los años cincuenta, el jefe de los ‘jóvenes iracundos’ Colin Wilson, en su The Outsider de 1957, había designado a Hesse como jefe de su grupo. La Psicodelic Review declaraba que nadie había  descrito con tanta lucidez el viaje al interior de la conciencia” (…) “La problemática hessiana respondía en muchos aspectos a las exigencia de renovación individual y de paz –eran los años de la guerra de Viet-Nam y de la generación hippie(6).

 

 

La voz de Hesse fue una voz inconforme y parece que lo seguirá siendo por mucho tiempo más, ahí donde los jóvenes no se sientan representados, ahí donde sus deseos no sean reflejados, ahí donde sus aspiraciones sean controladas por voluntades opuestas a las suyas. La vitalidad de la literatura de Hesse es un grito profundo del espíritu que se desgarra por los atropellos de su tiempo de muerte.

En su época, la obra de Hesse fue acogida porque era el testimonio de “un clima moral de incertidumbre y zozobra que llevó a ese cuestionamiento radical de todos los supuestos sobre el mundo y la naturaleza humana que habían guiado el pensamiento y la ciencia del siglo anterior y que habían sostenido una novela realista que a los ojos de las nuevas generaciones de escritores había quedado obsoleta y era incapaz de servirles para expresar sus inquietudes y perspectiva frente al mundo”.

 

 

1. Víctor Manuel AD., 2019. https://drive.google.com/file/d/0B1L7nE4g1rGEenh0dkJVQVlSOHJxalNlVUZtZHVMcGFMZXNz/view?fbclid=IwAR20vjEL8tkp0yVhF-W28RSYKATY2THn1aq35d24YkFpnWdaP9pcZULu33c

2. Hesse, Herman. Demian: La historia de Juventud de Emil Sinclair. Editores Mexicanos Unidos, 1990., p.52.

3. Nietzsche, Friedrich. Así Habló Zaratustra. Brugera, Barcelona, 1983.

4. Prampolini, Santiago. Historia Universal de la Literatura. Uteha, Argentina, Buenos Aires., p. 262.

Ibídem; p. 262.

5. Rossi, Annunziata: Recuerdos y notas del siglo xx. Hermann Hesse y los jóvenes en los sesenta. Acta Poética 25-2 Otoño, 2004., p.12:   http://www.scielo.org.mx/pdf/ap/v25n2/v25n2a5.pdf

6. Martínez, Irene: La novela de formación de Hermann Hesse como testimonio de una identidad y una filosofía de la vida: la construcción del outsider en El lobo estepario. UNED. Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, Historia Contemporánea, 2011, t. 23, 2011., p.7: http://revistas.uned.es/index.php/ETFV/article/viewFile/1575/1457

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