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Crisis Académica

  • Víctor Manuel
  • 11 jun
  • 43 Min. de lectura

Actualizado: 12 jun

CRISIS ACADÉMICA

 

Víctor Alvarado Dávila

Filósofo / UCR

 

Palabras Clave:

 

Guía Académica / Pensamiento Crítico / Metodologías / Rupturas Epistemológicas / Humanidades / Universidad / Crisis / UCR

 

Resumen

 

Abordaje crítico de la “Guía Académica” en la investigación universitaria, como una antesala para problematizar el papel actual de las Humanidades y de la Universidad en general. Lo que a su vez conduce al cuestionamiento del papel que debería tener el peso de la tradición en materia epistemológica.

Finalmente, se pone entre paréntesis el paradigma académico imperante, proponiendo a su vez una pluralidad metodológica, con el fin de gestar maneras flexibles en la adquisición de los conocimientos.

 

 

Indice

 

  1. "De la Guía Académica como pretexto crítico a la teoría universitaria atinente a las humanidades"

  2. Guía Académica en remojo

  3. Guía Académica e Histeria

  4. Guía Académica al quirófano

    1.  Investigación trans-académica

    2. Pluralidad metodológica.

    3. “Paradigma académico” entre “paréntesis”

  5. Humanidades y Universidad en situación de crisis

II. De la Guía Académica como pretexto crítico a la epistemología carcelaria

  1. El ocaso de la Tradición

  2. ¡Por un cerebro con ventanas abiertas!

    1. Propuestas de Guías Académicas

    2. Ejemplos de trabajos finales

    3. El profesorado debe cambiar

III. Guía Académica en Electrochoque

  1. De la gestación flexible del conocimiento.

 


        I.            De la Guía Académica como pretexto crítico a la teoría universitaria atinente a las humanidades

 

 

 

  1. Guía Académica en remojo

 

El programa de la guía es muy académico, está bien formulado, es bastante metódico, muy riguroso, pero al mismo tiempo muy cuadrado y poco atractivo, así como las tesis.

En breve una sinopsis de una “fenomenología de las tesis”, aunque suene gracioso:

Se empieza una tesis y una vez que la tesis termina se guarda en la biblioteca cargando polvo y moho (ahora digital) y nadie la consulta; hasta pasados 20, 50 o 100 años o más, alguien se acerca a ella para buscar fuentes secundarias sobre un tema similar que trató la tesis anquilosada. ¿Y por qué pasa eso? Porque gran parte del problema es que las tesis arrastran una estructura que es tan fea y cuadrada que nadie siente el deseo de acercarse a ellas. Nadie despierta un fin de semana, en donde, motivados por un bello día piensa: “¡qué día más bonito, apenas para ir a la biblioteca y ver qué tesis me encuentro para leer!”. En síntesis, las tesis no llevan en su estructura una invitación para ser leídas, sino todo lo contrario: la invitación es para no leerlas.

De lo anterior, esa sería la primera crítica, si se quiere al curso de guía académica.  ¿Qué cosas podríamos proponer para cambiar esta situación? Se podría hacer el esfuerzo por hacer una propuesta programática, es decir, presentar la propuesta de un programa para el primer semestre y otra propuesta de programa para el segundo semestre.  Los profesores propietarios votarían si se acepta o no se acepta el programa, y bueno, si no se acepta el programa fue un gran esfuerzo haber hecho esa propuesta que al final es rechazada.  Si se acepta el programa, pareciera que simplemente se cambia un programa por otro ¿Verdad? Eso no estaría del todo mal si previamente hay una discusión. Por eso, lo importante no es en este momento presentar una propuesta de programas de la guía académica.  De lo que se trata más bien es de resucitar lo que debe de mover especialmente a la universidad, a los universitarios y a los profesores, y ¿sabemos qué es?: La discusión. Porque hay carencia de discusión, hay ausencia de crítica y cuando uno hace críticas muchas veces la gente toma esas críticas como cuestiones personales, cuando lo que se está atacando son las ideas, son los principios teóricos, son los puntos de partida, son los resultados o la interpretación de los hechos y no las personas. La Universidad del Siglo XXI[i] ha olvidado esto, o es para ella secundario, cuando lo que se busca es la aprobación de lo ya cocinado por los Chef´s de turno. Se llama a esto pragmatismo universitario, es decir “hacer lo que nos piden los de arriba, aunque sea mal hecho”.  La comunidad universitaria tiene miedo a discutir, y tiene miedo a discutir porque de esa discusión muchas veces se termina asumiendo que fue un asunto personal, cuando la intención era cuestionar ciertos fundamentos al interior de las prácticas universitarias.

 

 

  1. Guía Académica e Histeria

 

Todo profesor tiene su manera diferente de impartir la guía, por ejemplo, hay autores que recomiendan que los objetivos sean explicativos: debe llevar un qué un para qué un cómo y un por qué; es decir, que tiene que ser explicativo.  Hay otros autores que dicen que cuando un objetivo se explica -se dice el para qué etcétera- es porque ese objetivo no se sostiene por sí mismo, es decir, no es claro y no es conciso[ii].

Ahora bien, ¿quién tiene la razón? Uno puede estar de acuerdo con uno o con el otro. Ok. Digamos que hay dos profesores con dos visiones distintas, con dos maneras diferentes de investigar; ahí tenemos un enfrentamiento de teorías, y cuando hay un enfrentamiento de teorías -lo mismo sucede en la filosofía- uno tiene que tomar partido, pero cuando hay un profesional de otra disciplina o incluso de la misma disciplina de uno, que tiene un punto de partida diferente, lo que vale ahí, es simplemente el respeto, aunque uno no esté de acuerdo, porque es como decir, ¿quién tiene la razón, la filosofía marxista o la filosofía liberal? Si yo tomo partido diré cuál y el otro profesional, que también tiene títulos universitarios, publicaciones y ha escrito libros, toma un partido diferente, preguntamos de nuevo ¿cuál de los dos tiene la razón? Es muy difícil decir, porque si decimos que tiene la razón el primero, es porque al mismo tiempo estamos tomando partido, ¿Verdad? entonces, llegamos hasta el infinitum ¿Cierto? Aquellos que dicen que tienen la razón es porque están tomando partido y lo más interesante es que, no porque la mayoría diga que fulano tiene la razón, ese va a tener la razón per se, porque las mayorías -y se ha demostrado históricamente- las mayorías se han equivocado, y cuando se equivocan, se equivocan en grande. Ahora, también las minorías pueden tener razón.  Así, por ejemplo, sobre la valoración de un arte importante, una manifestación artística, las mayorías podrán disfrutar del reggaeton y decir que es la última maravilla de los tiempos, pero una minoría dirá que es una negación del arte, una aberración, etcétera, En concreto ¿quién tiene la razón, la mayoría o la minoría?, es muy difícil, también dependiendo desde dónde uno se ubique. Precisamente por eso, tener un programa de guía académica que sea sumamente cuadrado y en el que hasta se quiera pedir a los estudiantes que presenten la bibliografía en APA 2016 y en el semestre siguiente se les pida mejor en APA 2019, -o sea, ¡hasta dónde hemos llegado! -; se puede evidenciar el peso que la filosofía positivista todavía ejerce en las actividades de pensamiento de la universidad.

 

 

  1. Guía Académica al quirófano

 

Si tomamos en consideración lo establecido por esa rama fundamental de la filosofía, que es la epistemología, y que tiene que ver con la teoría del conocimiento, en donde se sostiene que todas las disciplinas tienen una teoría de cómo adquieren el conocimiento, nos topamos con algo muy interesante en la guía académica; en primer lugar, hay que precisar los conceptos. No es lo mismo un curso que se llame “guía académica de investigación” a un curso que se llame “guía de investigación académica”, son cuestiones diferentes y al mismo tiempo parecidas, lo que significa que no son lo mismo.

El curso se llama “guía académica”; no lleva por título guía académica de investigación. Ahora bien, nosotros presuponemos que es una guía académica para hacer investigación, puesto que leyendo el programa se especifica que es una guía de investigación. En eso estamos claros, pero, el título del curso no lo especifica, aunque el programa diga que ha de ser una investigación de tipo tesina.

 

Un curso que lleva por nombre guía de investigación académica, el énfasis está puesto en el tipo de investigación. ¿Cuál es el tipo de investigación? una investigación académica, ¿por qué? Porque hay otras investigaciones que no son propiamente “académicas”, pero ¿ya por eso no son buenas? No podemos asegurar eso. ¿ya por eso no han resultado que sean importantes y valiosas? No podemos asegurar eso.

Cuando hablamos de una guía de investigación académica lo que se espera es que los estudiantes realicen una investigación académica, pero resulta que, si el curso se llama guía académica, ¿que supone eso: guía -académica de- investigación?

 Mas resulta que el curso se llama simplemente “Guía Académica”, no termina con el vocablo “Investigación”. Podría parecer que eso a simple vista es insignificante, pero no es así de simple[iii]

 Volviendo al punto, el vocablo investigación se omite en el título. El curso se llama solamente guía académica y al mismo tiempo, es un nombre impreciso y vacío, lo que lleva a que nos preguntemos, ¿“guía académica”, para qué? Cuando hablamos de guía académica el énfasis está puesto en que la guía que se le va a dar a los estudiantes será una guía-académica, lo que significa que todo el peso recae sobre el profesor. No se está diciendo que la investigación sea “estrictamente académica”, pues hay otro tipo de investigaciones que serán muy buenas y hasta más novedosas, pero que no entran necesariamente dentro de ese rango específico.

Ejemplos: Ensayos filosóficos (Marco Aurelio, Baltazar Gracián, Schopenhauer y Nietzsche, Ciorán, Roland Barthes, Vincent Van Gogh, etc)

 

En primer lugar, no toda investigación ha de terminar en tesina; y en segundo lugar, el programa no debe porque llevar por fín único y absoluto terminar en una tesina. Eso ha de ser una decisión democrática, tomada, o replanteada por los docentes del curso de Humanidades, más que por el departamento de Estudios Generales.

 

Y aunque este asunto parece baladí, ya veremos que no es así. Bien sabemos que hay investigaciones que no son tesinas; como si en un documental no hubiese investigación; como si en un ensayo no hubiese investigación; como si en una novela no se precisara investigación previa para adquirir conocimientos. Es decir, para poder escribir una novela se necesitan conocimientos previos. Y esos conocimientos se adquieren leyendo mucho, estudiando e investigando, aunque no sea metódicamente, con una metodología rigurosa.

 

 

 Investigación trans-académica 

Así, por ejemplo, una investigación periodística no necesariamente es académica, las óperas de Wagner, la producción audiovisual (Un perro andaluz de Buñuel y DaLí y otros films de Buñuel y Warholl, la serie de Zeitgeist, etc, etc.) no necesariamente pasan por la dirección académica. Un ensayo, la creación de un cuento, la creación de una novela. O dicho quizás en palabras más claras, se puede dar una guía académica para hacer novelas, se puede dar una guía académica para hacer vídeos y para hacer varios tipos de investigación, en donde el punto medular o la parte importante de la investigación es precisamente el objeto de estudio.

Está bien que la guía sea una guía académica, más no debe estar limitada al típico trabajo de investigación de tener que culminar en una tesina. Por el contrario, la guía académica puede culminar en la elaboración de un documental, guiado por el profesor guía, por un trabajo de tipo periodístico incluso, donde se ha dado una investigación de campo, donde se le pregunta a la gente; en donde sí exista una guía académica previa sobre algunos tópicos generales -pues obviamente para hacer una investigación se necesita de previo, ciertos problemas y ciertos objetivos a seguir[iv]. Bien podemos hacer una investigación simplemente con los problemas o solo planteando objetivos. Y dependiendo del grupo, dependiendo de la naturaleza del grupo, se pueda hacer otra cosa, Imaginemos que, en uno de nuestros grupos, resultó que los estudiantes de guía tenían en común que todos escribían cuentos o poesía. Estamos imaginando, para poner un ejemplo, de ahí que, aprovechando esta coyuntura o esta situación, el profesor les podría pedir que la investigación termine en un cuentario o en un poemario de sus autorías respecto a un problema o tema eje, ¿por qué no?

 

Esto sería como lo primero, la modificación de la investigación última, que no tiene que ser necesariamente una tesina,

 

Ahora bien, ¿por qué se ha pretendido que la guía académica termine en una tesina? ¿Será que lo que se busca es que los profesores de humanidades preparen a los estudiantes para que cuando lleguen a realizar la tesis de matemáticas, de química, de biología, etcétera, estén preparados para hacer una tesina en cualquiera de las disciplinas universitarias?  Eso sería muy pretencioso, porque eso presupondría que los profesores de humanidades estamos capacitados en todas las áreas del conocimiento, para darles a los estudiantes los elementos necesarios para que culminen la tesis en cualquiera de las disciplinas. ¿Por qué hemos de plantearnos esto?, porque supuestamente, desde hace tiempo se escucha por ahí -lo que al fin y al cabo puede ser un chisme, porque no me consta- críticas por parte de diferentes carreras, acerca de que la guía académica no está cometiendo su finalidad, porque los estudiantes -en sus respectivas carreras- cuando les toca hacer la tesis, no saben cómo hacerla. Llegan a sus carreras, y les dicen, “hagan la tesis” pero no saben cómo hacerla.

 

En primera instancia, sería interesante saber cuántas y cuáles carreras universitarias tienen un machote para los estudiantes, de cómo hacer la tesis, en el caso en que no impartan cursos de cómo hacerla.

Hago esta acotación para establecer una relación con el siguiente ejemplo:

 

Pluralidad metodológica.

Recuerdo que la escuela de filosofía antes impartía excesivamente cursos de latín y de griego, cursos de traducción, pero se hizo una lucha intensa y dichos cursos se sustituyeron por cursos de investigación, Los nuevos estudiantes de filosofía tenían que llevar  cursos de investigación para la preparación de tesis, pero ahí había también la dificultad de que, como eran diferentes, (vean que interesante, en la misma escuela de filosofía); dependiendo de la perspectiva, el producto de la tesis iba a ser distinta; entonces llevaban un curso y les enseñaban una manera de hacer investigación; y los estudiantes pensaban que así llevaban la tesis adelantada para el segundo curso con otro profesor, pero resultaba que a veces les desbarataban el primer pre-proyecto y tenían que empezar desde cero, lo que puede ser un poco frustrante[v]. De ahí que se quiera exista un único machote universal, pero eso no es posible y no sé si debería ser posible, es algo que hay que volver a cuestionarse.

 

Este ejemplo puede que sea producto de los problemas que quizás ha generado la guía académica[vi], o más bien, dichos cursos surgen para llenar esos huecos que ha ido dejando la guía académica, lo que supone, o lo que nos puede hacer presuponer pensar que las carreras tienen o deberían de tener un machote de cómo los estudiantes han de llevar a cabo una investigación en una carrera o disciplina específica.

 

 

 

 

“Paradigma académico” entre “paréntesis”

Si nos vamos más atrás, la noción de academia remite a la academia de Platón; ese era el nombre que denominaba Platón a su cátedra. Por decirlo de alguna manera, supongamos que el profesor fuera Platón y los estudiantes sus discípulos, entonces a eso le denominaríamos la academia de Platón. El nombre que le daba Aristóteles a su cátedra se llamaba Liceo, por eso oímos hablar del Liceo. El nombre que le daban los escolásticos a su cátedra se llamaba Scola, que significa escuela y así sucesivamente. En fin, llegamos primero a una noción. De esta forma la noción de academia se desprende de la manera como Platón establece que se tiene que impartir o se tiene que adquirir el conocimiento; por lo que es un elemento epistemológico fundamental. 

En un texto platónico que se llama el Teeteto[vii], se establece y se cuestiona qué es la ciencia, qué es el conocimiento y cómo se puede adquirir. Y ha tenido que pasar mucho tiempo, para que esta tradición de concebir el conocimiento vaya cambiando. Hay una serie de autores que producen una gran evolución en ese campo, en temas referente al conocimiento, lo que tiene que ver con la percepción, lo que tiene que ver con los sentidos, y con otro tipo de conocimiento posible que no es el estrictamente académico, como `por ejemplo el conocimiento intuitivo o el conocimiento espiritual (que viene desde los egipcios), es decir, que existen además una serie de conocimientos posibles extraacadémicos.

 

 


  1. Humanidades y Universidad en situación de crisis

 

 

Hablar o discutir sobre la guía académica o revisar la guía académica de investigación, implicaría revisar también los estudios generales; y revisar los estudios generales implica también revisar las humanidades, pero lo más interesante, es que eso implicaría, al mismo tiempo, revisar lo que entendemos por universidad.

Entonces, no se trata de hacer una revisión somera, así no más. Si la guía académica de investigación tiene sus defectos es porque todo aquello de donde proviene también lo tiene, o bien, que arrastra cosas dignas para ser criticadas.

Acerca del término universidad, mi postura y la postura de otros autores es que es una farsa. Sí: Es una farsa, por si no escucharon bien. Universidad, que implica “universalidad”, es más precisamente una pretensión de universalidad y en la universidad eso es falso. Incluso hay que cuestionar si moralmente le inspira al menos dicha “pretensión”.

 Lo que sí es claro, es que en la universidad -por lo general- se reproduce o se gesta la visión de mundo occidental europea. Hay que decir que, aunque no somos europeos, sí somos occidentales. Sí, hemos sido creados con la visión del mundo occidental. Hablamos el castellano, no hablamos ninguna de las miles de lenguas que había en el continente, conocido hoy como americano.

¿Se estudian acaso (con gran seriedad y profundidad) en la universidad, las lenguas indígenas de Costa Rica? No.  ¿Hay indígenas estudiando en la Universidad? Muchos ni siquiera lo saben. Yo he tenido estudiantes indígenas de Costa Rica que hablan su propio idioma. ¿Se estudia su idioma? No se estudia. Pocos las conocen y a la universidad realmente no le interesa, pero ¿qué se estudia? ¿Cuál es la lengua principal que se estudia?, el inglés, el idioma del imperio; solo que se estudia el idioma del imperio para que les sirvamos al imperio, es decir, para que cuando vengan los gringos acá sepamos comunicarnos con ellos, ¿se dan cuenta? nosotros tenemos que aprender el lenguaje de ellos cuando ellos vienen acá.  “¡Está legal!” -como se dice- si uno va a los Estados Unidos, pues uno tiene que aprender inglés porque vamos a otro país con un idioma diferente, pero en cambio, la exigencia es que nosotros aprendamos el inglés para atenderlos a ellos en nuestro país. “¡El Inglés es el idioma universal!” No. No es que sea el idioma universal, es el idioma del imperio, del que tiene mayor poder sobre nosotros.

Esto es simplemente un brochazo de lo que podríamos empezar a cuestionar acerca de lo que entendemos por universidad; en ese sentido es una farsa.

En esta institución que se llama universidad, la cual no tiene ni una visión universal ni tampoco aspira a ella, tenemos a las humanidades, en donde los estudiantes vienen, estudian humanidades y ya. Pero ni siquiera sospechan -porque los mismos profesores no entran en eso- que puedan existir enfrentamientos teóricos al nivel de las disciplinas, acerca de las humanidades; pues en realidad, en otros tiempos, las universidades han sido sumamente criticadas, ¿y a qué responde? siempre responde a esta visión europea occidental de ver el mundo.

De los estudios generales estamos en un período de decadencia, desde hace -podríamos decir- unos 15 años atrás.

Si nosotros no cambiamos cosas tan sencillas como este programa de guía académica o la manera como se discute la universidad, no habrá cambios positivos y significativos en nuestra vida social.  Al interior de la universidad nos quejamos diciendo que la mayoría de los estudiantes de ahora no discuten, que no son críticos, que no leen ¿y saben qué?, eso es cierto[viii].

¿Y eso a qué se debe?: A la educación que se ha recibido. ¿Por qué? porque los estudiantes son reflejo de los profesores que han tenido, así de sencillo.

 

La responsabilidad no es un asunto solamente de los estudiantes sino también de los profesores que han tenido y de la educación embrutecedora que han heredado, o sea, desde la escuela se les moldea[ix].

 

¿Cómo es posible que no se atrevan a criticar a la universidad? La universidad hay que criticarla, es casi que una obligación, hay que ponerla en crisis.

Bueno… yo entiendo, claro… porque hay aires de autoritarismo…

El profesor interino, digamos, puede sentir más miedo. Pero si uno es miedoso, uno seguirá siendo miedoso como interino y como propietario, esa es la verdad, pero obviamente no es lo mismo -moralmente hablando- ser sumiso y menguado como interino que como propietario; pero, uno puede hacer críticas más suavecitas, más sutiles, con sonrisa en los labios (y casi que pidiendo disculpas por decir lo que se piensa), pero uno las puede hacer. 

 

Desde mi propia experiencia, que puede ser similar a la de algunos, noto un cambio grandísimo en los estudiantes. Para precisar, tengo más de 20 años de trabajar en la universidad y percibo los cambios de las generaciones de los estudiantes, de los jóvenes, de la mentalidad, del ímpetu, de la energía, y entonces, veo y digo: ¡wao esto va de mal en peor!”, cada vez está más patética esta situación y lo peor es que al igual que la oveja negra que alertaba de la llegada del lobo, nadie pone atención a lo que se avecina, o muy pocos. Es lamentable, pero hay un cambio notorio, empezando por lo que todo el mundo constata: que la mayoría de la gente ya no lee, que por el contrario ese buen hábito ha sido sustituido por la mayor adicción del Siglo XXI, esa que no se tenía hace 10, 15 o 20 años atrás:  la adicción a las pantallas, a los celulares, y estoy hablando de adicción, realmente es adicción.  La adicción es una patología muy grave; ahora, esa adicción no solamente la experimentan los jóvenes, también los adultos la experimentamos[x].

 

En definitiva, el mundo ha cambiado, y ha cambiado drásticamente. Los jóvenes ya no quieren esforzarse, creen que solo tienen derechos y no deberes. Hay muchos cambios que están sucediendo y la universidad no se escapa de eso. ¿Dónde están los congresos y las mesas redondas -en donde hay discusión?  Hace 20 años atrás -por lo menos- los auditorios -aunque suene a locura- se llenaban, y no es que los profesores llevaran a los estudiantes obligatoriamente[xi].

 

Había lo que se llama “comunidad universitaria”, la gente estaba interesada en todo. Y los docentes ¿en qué hemos convertido esta universidad? En una sombra, en una fábula de lo que fue.

Pero ¿al menos, se puede incentivar una actitud crítica?

Y no estoy hablando de los rectores de turno que nos mandan a la calle, o los presidentes que permiten la típica y falsa manifestación del 1 de mayo.

¡Cuidado!, cuando tenemos permiso para hacer un berrinche. Porque, cuando la rebelión es casi que obligatoria o tenemos permiso para ella, ese acto fríamente calculado no se llama rebeldía, se llama obediencia.

¿Por qué hemos de esperar tener el agua hasta el cuello para rebelarnos?  ¿Es que acaso la falta de conciencia crítica no nos permite desnudar todo este panorama?

Retomemos la criticidad, retomemos la discusión, la cual ni siquiera se manifiesta entre los mismos estudiantes, es decir, los estudiantes no discuten[xii] ni siquiera entre ellos (por lo menos no en clases)

 

No hace mucho hablé con un profesor de psicología, acerca de lo peligroso que es cuestionar la ideología de género, porque es como prestarse para que le corten la cabeza. No creo que sea así, pero mucha gente lo siente así y enfrentarse a lo que está de moda trae sus repercusiones. Ese asunto de que sexualmente hoy alguien se siente de una manera y mañana se sienten de otra manera y de repente, el fin de semana dice “qué raro… veo un pedófilo frente a mi espejo”.

 

Raro también es que no cuestionamos esas cosas medulares y ¿cómo es que no cuestionamos eso? Porque tenemos miedo de lo que piensen los demás de nosotros. Hay cosas que nos pasan por la cabeza, pero no nos atrevemos a gestar, a tirarlas ahí, ¿por qué? Porque muchas veces, también, no tenemos argumentos. Porque lo que pensamos es simplemente una creencia y ese es un grave problema. Pero todo el mundo tiene creencias, todo el mundo puede pensar lo que quiera, mas no es ese el problema primordial.

El problema principal son los argumentos, o la ausencia de ellos.  Es decir, uno puede pensar o creer lo que quiera, pero filosóficamente hablando a nadie le importa lo que atraviese nuestro ser, lo que importan son los argumentos[xiii]

 

Finalmente, hay un miedo a la racionalidad. La racionalidad se está resquebrajando.



 

II. De la Guía Académica como pretexto crítico a la epistemología carcelaria


1. El Ocaso de la Tradición

A estas alturas, el programa de guía académica, obviamente presupone que se hará un tipo de investigación; sin embargo, ya sabemos que no todas las investigaciones son tradicionalmente académicas.

La universidad o los estudios generales siguen la tradición de realizar investigaciones tradicionales -valga la redundancia-, pero cuando se gestó el curso de guía académica a nadie se le ocurría que iba a existir algo que hoy conocemos como inteligencia artificial. Es decir, este programa es tan antiguo que nadie pensaba que iba a emerger la inteligencia artificial, y no terminamos de entender cómo la mayoría de las Universidades no se han puesto en cuestión, para discutir el impacto de la inteligencia artificial en la educación universitaria, de hecho, ya no les pido a los estudiantes los típicos trabajos de investigación, porque si les pido un trabajo de investigación, pueden utilizar la inteligencia artificial y, al final, estaré revisando lo que la inteligencia artificial expone, y eso es absurdo. Por lo demás, no nos pagan para ser policías…Bueno… aunque sabemos que hay muchos profesores que tienen ese instinto policiaco de andar viendo si los demás cumplen su deber, pero a mí no me pagan como policía, entonces no, no tengo por qué ponerme a revisar si es un trabajo tramposo hecho con base en la inteligencia artificial.

Así las cosas, el asunto de las tesis a como las concebimos actualmente, creo que en algún momento va a cambiar o tiene que cambiar o debería de cambiar. No es cierto que el único tipo de investigación sea de índole …lo que se conoce tradicionalmente como investigación académica.

¿Cuál es la propuesta entonces?, vamos a ver, podemos corroborar que en la guía académica siempre se culmina con una tesina, y la tesina sigue tales y tales pasos, que están requeté esbozados en el programa.

La propuesta sería: ¿por qué no abrir el espectro para que se realicen otro tipo de investigaciones? Veamos el caso de las tesis, ¿quiénes leen las tesis?, ¿quiénes consultan las tesis? Al menos que haya un investigador que tiene que hacer otra tesis sobre el mismo asunto, entonces 10 o 20 años después se desempolvan las tesis para buscar lo que dijeron los autores anteriores sobre ese tema, Por otro lado, las tesis remiten a una estructura que es poco atractiva y más para las nuevas generaciones que ya no leen, eso hay que decirlo, es la verdad, o sea, con costo leen mensajes [xiv] .

Desde este panorama, de lo que se trata es de propiciar el surgimiento de trabajos un poco más atractivos, pero que no por eso se sacrifique la calidad de la investigación; y eso es algo sumamente difícil, pero es una empresa en la que nosotros nos tenemos que meter. ¿Por qué es importante que la investigación sea atractiva? Es importante para que la gente se acerque de mejor manera y disposición a ella. No se trata de banalizarlos. Se trata de hacerlos más asequibles al público en general.

Ejemplos. Tenemos por un lado la investigación de tipo académica tradicional que lleva toda la estructura que podemos corroborar en el programa del curso de guía académica, pero también uno puede realizar ensayos. Un ensayo es diferente, es parecido, pero al mismo tiempo tiene una diferencia, es decir, hay cuestiones básicas que se tienen que plantear en un ensayo, un problema que nos va a guiar en la investigación.

Por lo demás, en el transcurrir del ensayo pueden ir surgiendo otras interrogantes que se van a ir gestando ahí y que el investigador se va dar a la tarea de investigar, es decir, se tiene un objeto de estudio, que al mismo tiempo puede ir variando de acuerdo a las nuevas cuestiones que van surgiendo, ¿por qué? porque el verdadero conocimiento, el conocimiento que se adquiere, es un conocimiento interesado

Dicho de otro modo -siguiendo la estructura de la guía académica-, pareciera que tenemos bien claro el inicio, lo que va en medio y al final, pero al ser los estudiantes investigadores primerizos, lo que se estaría haciendo es casi que profetizar qué es lo que viene al inicio, a la mitad y qué es lo que va al final, y a veces nos convertimos en seguidores rigurosos de lo que se ha establecido previamente en la tesina. Vale decir que, siguiendo dicho método, se establecen ahí, límites para el investigador.

Pensémoslo de esta manera, cuando visitamos un país u otro lugar que realmente no conocemos, terminamos -digamos- aprendiendo un poco la lengua, terminamos aprendiendo las cosas básicas: dónde se toman los buses, el avión, el metro etcétera; los lugares más o menos peligrosos, los que son buenos para transitar, los mejores restaurantes o los más económicos, detalles así, generales, de lo que nos interesa del país donde iremos; o si vamos a ir a un río, a la montaña o a la playa, nos preparamos más o menos con el tipo de ropa que vamos a utilizar, el tipo de calzado, etc.; porque ya se tiene más o menos una idea previa de lo que va a suceder.

 

Entonces imaginemos dos tipos de turistas, el turista que se monta en esa buseta para que lo lleven a tal hora a tal lugar, a tal hora a otro lugar y así sucesivamente y regresa al hotel.

Y tenemos otro turista que quiere ir a tal lugar y bueno, estando ahí se pregunta “¿a dónde ir luego?”, y poco indeciso toma sus decisiones de acuerdo a los condicionantes del momento: interés, tiempo, dinero, cansancio, horario de buses, etc. Los condicionantes externos pasan por la interpretación de los mismos, lo que lo convierte en un turista bastante libre -no como el caso anterior que debe cumplir una rutina y un horario.

En cambio, éste último ¡se acaba de enterar que hay un nuevo sitio recomendado por los mismos pobladores del que ni siquiera había escuchado y que le resulta bastante atractivo por las referencias!, y piensa: “podemos ir ahí, a ver qué nos depara la nueva aventura”. Este turista es como un investigador valiente.

La analogía con la aventura de investigar es válida. Dependiendo de las nuevas circunstancias que irán saliendo, ese tipo de investigación será más creativa y casi que más artística, porque va siguiendo la intuición, y hablo acá de la intuición epistemológica a la que se refiere Bachelard.

Uno va asumiendo los retos que se están gestando, se van viendo las resistencias, en este caso del objeto de estudio, y precisamente porque hay resistencias uno va variando según sea el caso, el método o métodos de investigación.

En concreto, la estructura universitaria hay que cuestionarla. Y es preciso cuestionarla toda, porque es la única manera de romper nuestra situación en el mundo, hay que poner en crisis para poder sobrepasar la crisis. Recordemos la profunda recomendación de Nietzsche, lo que inspiró a Derrida en su Deconstrucción y a Feyerabend en “Contra el Método”: “A lo que está cayendo hay que pegarle un empujoncito”, al decir de Nietzsche. O como decimos en guanacaste “O se dobla, o se quiebra”.

La tradición es importante, es cierto, la tradición es importante mientras funciona, pero en estos momentos, ¿será que como el búho vemos cosas que la mayoría de la gente no ve? pero en estos tiempos, los cambios son tan abrumadores que, precisamente, digamos que en otro país del mundo se esté transformando la manera de impartir humanidades y entonces, ¡ahora sí! los ticos dirán: “¡hagamos lo que está haciendo Finlandia!” ¿Verdad? U otros países, ¡ahora sí! tenemos ya el aval de nuestros hermanos mayores, porque solitos no podemos, ni nos atrevemos, nos da miedo. A lo que voy es que una crítica al interior de un cursito o de un programa como el de guía académica, tiene su asidero en la situación de los estudios generales, que debe ser cuestionada y criticada, así como las humanidades deben ser cuestionadas y criticadas, y de igual manera lo que entendemos por “universidad” tiene que ser cuestionada y criticada. ¡Claro que es difícil! Si hay una tradición que ya no es crítica, ¿cómo se puede gestar la crítica? Es muy difícil.

 

2. ¡Por un cerebro con ventanas abiertas!

La propuesta sería la creación de Un programa básico, muy general de guía académica, bastante abierto, luego, cada profesor encargado guiará a los estudiantes de acuerdo al tipo de investigación

Propuestas de Guías académicas

Si llegado a este punto, se ansía lo antes posible una nueva propuesta en el horizonte de la Guía Académica, dicha propuesta se pensaría tomando en consideración lo básico, lo muy general y lo flexible. Y para ello qué mejor que los ejemplos.

En estudios generales existen cuatro o más programas de filosofía, o cuatro orientaciones: filosofía política y social, ética, epistemología, estética, etcétera. Entonces, se toma una dirección. Por lo que, en el primer semestre, asumí la óptica de la filosofía política, pero desde el punto de vista del poder, entonces, todo giraba en torno al tema del poder, desde la visión de la filosofía política.

¿Por qué no hacer algo similar en la guía académica? La guía académica es solo un programa, o sea, podrían existir programas aledaños a un programa básico de la guía académica, pero muy básico, un programa general en donde esté incluido lo mínimo que se ocupa para hacer cualquier tipo de investigación, pero no que lleguemos hasta el punto de exigir a los estudiantes que utilicen en la Bibliografía el formato de citación de APA 2019.

Un nuevo programa de guía académica no puede ser un programa cuadrado, sino más bien todo lo contrario, deberá ser un programa abierto, un programa flexible que se adapte al objeto de estudio. Entonces, tenemos algo básico y la investigación puede culminar, si se quiere en una tesina, si se quiere en un ensayo, si se quiere en un documental, si se quiere en una proyección comunitaria a nivel de Guanacaste, etcétera, En este último caso, por ejemplo, ir a presentar dicha investigación en alguna parte de Guanacaste en específico.

La idea sería precisamente eso, que la investigación culmine de acuerdo a la guía del profesor. Tendríamos así un programa básico, repito, pero al mismo tiempo, una investigación prometedora y seria y lo más exhaustiva posible, para eso está el profesorado guía, para guiarlos en la investigación específica que los estudiantes han de realizar.

Ejemplos de trabajos finales

Léase un programa radial, léase un programa de entrevistas, en donde dependiendo del tema, se van a tener que desplazar por Guanacaste y hacer el programa radial en diferentes lugares. Tal vez cuatro o seis programas se reflejan, como les dije, en la terminación de la tesina [xv] .

Incluso, la guía académica de investigación podría ser de diferentes temas, es decir, tal vez no se va a profundizar a como se profundizaría - ¡y eso entre comillas! - en la típica tesina. Porque ese es el otro problema. Nosotros tenemos grupos grandísimos y al final, no nos engañemos. Todos los estudiantes se reparten el trabajo. O sea, nadie ha trabajado desde la primera página hasta la última. Es cierto que el conocimiento se refleja integralmente en la tesina, pero de manera fragmentaria en cada uno de los integrantes.

Así pues, se puede hacer una actividad donde se abordan diferentes temas y diferentes actividades, en donde sea algo más dinámico y donde haya mayor proyección. Al final, lo más importante que queda es el interés que pudo generar la investigación.

Hay profesores que ya en el segundo semestre se detienen a cuestionar el planteamiento de los problemas, el planteamiento de los objetivos, a criticar ese tipo de cosas mientras se están yendo los 20 minutos de la exposición. Cuando otros, al final lo que prefieren es discutir sobre el producto de la investigación; aprender sobre eso, porque de lo que se trata es de generar opinión crítica sobre un tema de investigación que vienen llevando a cabo, un grupo específico de estudiantes [xvi] .

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Otra opción más interesante y que quedaría quizás por más tiempo en la memoria de los espectadores y que se puede compartir también luego, es que, considerando que ellos ya hicieron todo el trabajo, es decir, la parte más dura de la investigación; en lugar de la presentación, lo que van a hacer es proyectar un video creado por ellos, por ejemplo. Eso se hace más interesante, además de que queda registro ahí. A como está sucediendo en otros cursos desde hace varios años, en donde están quedando las pruebas de los videos que han venido haciendo los estudiantes.

Ahora, en el caso de la guía académica, es más rico, ¿por qué? Porque ya no llevan investigando casi cuatro meses sino casi ocho meses. Y como profesor guía, ahí sí está la guía más cercana al video que van a hacer; en cambio, lo que se pide en otros cursos, los estudiantes casi que para aprender a nadar tienen que tirarse al agua, con algunas instrucciones básicas o elementales. Se les dice qué es lo que tienen que hacer, pero no se está detrás de ellos. Me parece que esta idea es un ejemplo de lo que podría funcionar.

 

 

El profesorado debe cambiar ¡Tiene que cambiar! tiene que dejar de ser una estructura, una caja. Un cerebro encapsulado para transformarse en un cerebro con ventanas abiertas, y ser más flexible a cambiar, a como está cambiando el mundo.

Y al mismo tiempo, ser más exigente en otras cuestiones:

Llega la inteligencia artificial, bueno, ya está. Pero siento incluso que ahora los estudiantes pueden aprender más si se cambia la metodología [xvii] .

 

 

 

 

 

 

 

  III. GUÍA ACADÉMICA EN ELECTROCHOQUE


 

  1. Al Quirófano.


            ¿Qué significa la palabra crítica? Si hacemos mención a Immanuel Kant, podemos recordar que fue él quien puso de moda la palabra crítica, escribiendo por ello tres mamotretos fundamentales, titulados Crítica de la Razón Pura (que tiene que ver con la teoría del conocimiento, con la epistemología); Crítica de la Razón Práctica (atinente a la moral y a las leyes); y finalmente la Crítica del Juicio (que tiene que ver con las valoraciones estéticas y artísticas).  Después de esas magnas obras kantianas, en la tradición filosófica son muchos los autores que han venido escribiendo libros que empiezan con la palabra crítica, por ejemplo, Jean-Paul Sartre escribió la “Crítica de la razón dialéctica”, y más recientemente Peter Sloterdijk la “Crítica de la razón cínica”, y así sucesivamente.

¿Qué nos dice Kant de la palabra crítica? La crítica supone poner en crisis, cuestionar la tradición.

La tradición sabemos que es importante.  Sí, es importante durante un tiempo y después de eso se debe cuestionar la tradición.

Así, por ejemplo, Confucio, el gran filósofo chino, dio sumamente énfasis al papel de la tradición, y el papel de la tradición se aplicaba especialmente a todos los ámbitos de la vida, incluso al ámbito epistemológico que, si bien él no profundizó en el ámbito de la epistemología, algunos de sus discípulos sí cuestionaron el papel de la tradición en la epistemología.  Eso hasta ahora -desde la perspectiva occidental- lo estamos redescubriendo; porque hemos sido tan occidentales que no hemos tomado muy en cuenta la visión de mundo que no fuera específicamente europea.

Volviendo a Kant. Crítica supone poner en crisis, poner entre paréntesis, poner entre comillas. Es lo que Nietzsche llamaba la filosofía de la sospecha. Todo debe estar bajo sospecha, lo que nos recuerda a Descartes en su discurso del método, en donde invita no solamente a dudar de todo lo que está afuera de nosotros, sino especialmente aprender a dudar de nosotros mismos y de nuestros principios, de las cosas en las que creemos, de las cosas a las que estamos acostumbrados.

Lo que, como contraste, me recuerda a profesores de generales que pasaron toda su vida dando el mismo programa. Por lo que no impartían una clase de filosofía, sino más bien una especie de misa filosófica, porque lo que hacían era repetir lo que ya sabían de memoria.

¡Imagínense estar repitiendo el mismo programa durante 25 años! ¿por qué? porque no hay revisión de los programas. Lo más que se hace es una revisión personal de cada uno de los programas que los profesores tienen que impartir. ¿A dónde quiero llegar con esto? Vamos a ver.

Hemos escuchado la palabra catedrático y hemos escuchado la palabra libertad de cátedra[xviii]  Bueno, tales sentidos van íntimamente de la mano; o sea, ser catedrático implica tener una licencia para ejercer la libertad de cátedra. Eso es cierto. Pero la universidad estimula también que cualquier profesor pueda hacer uso de la libertad de cátedra; y esa libertad de cátedra implica un cuestionamiento -dependiendo del tiempo-, de sus propios programas y de discutir los programas al interior -en este caso- de las humanidades.

Así las cosas, hacer un nuevo programa implica primero, haber puesto en crisis, aquello que nosotros estamos acostumbrados a impartir; cuestionar e invitar a que nos cuestionen lo que nosotros planteamos y al mismo tiempo a cuestionar lo que los otros plantean; es decir, en estos momentos, más que proponer un nuevo programa de la guía académica (que bien se puede proponer posteriormente), lo más importante es primero una discusión al interior de los estudios generales, al interior de las humanidades, al interior de la universidad, ¿por qué?  porque al mismo tiempo nosotros estaríamos invitando a que los estudiantes se autocuestionen a sí mismos y cuestionen a sus compañeros y profesores.

La universidad ha olvidado la crítica, la auténtica crítica.  Es más ¿saben una cosa? cuando se hacen reuniones de departamento o de carrera o se hacen reuniones de los profesores propietarios, prácticamente no hay discusión [xix].

            Así, por ejemplo, los profesores de filosofía deberíamos estar discutiendo sobre cuestiones filosóficas y esos espacios no los hemos creado como se debería. 

Tampoco hay una discusión al interior de todos los profesores de estudios generales y creo que es el momento o desde hace tiempo “ya es el momento” de empezar a cuestionar una serie de cosas, tales como la misión, la responsabilidad y el compromiso que tenemos los profesores, porque los estudiantes serán el reflejo de lo que los profesores somos. Si somos profesores apáticos; si somos profesores que no nos apasiona lo que impartimos; si somos profesores que no ejercemos crítica, sino que llegamos a dar Misa; así serán los estudiantes que vamos a formar. 

Si somos profesores que propiciamos no quejarnos porque es muy feo y mal visto, así serán los estudiantes. Si les enseñamos que aguanten, van a aguantar, si les enseñamos que se revelen y que critiquen, lo van a hacer; pues de una u otra manera son el reflejo, bueno o malo de los profesores que tienen y han tenido. Por eso, la crítica y poner en crisis todo lo que podamos hacer en la universidad, es algo sumamente imprescindible.

 

  1. De la gestación flexible del conocimiento.

 

En el segundo semestre nos topamos con lo siguiente.  Si hemos dirigido la tesina en el primer semestre y la tesina está buena o bastante buena, los estudiantes continúan con el desarrollo de los capítulos.

Pero cuando nos toca continuar con la tesina que ha sido dirigida por otro profesor, existe la gran posibilidad de empezar de cero; y entonces es cuando los estudiantes dicen “¿pero por qué así, si ya la profesora anterior nos puso un cien y este profesor nos dice que la pregunta está mal formulada o los objetivos están mal planteados? Y todos sabemos por qué. Porque todas las disciplinas tienen epistemologías diferentes, porque los objetos de estudio se abordan desde perspectivas diferentes.

Pongamos el ejemplo de las ciencias sociales. ¿Cuál es el objeto de estudio de las ciencias sociales?, el “ser-humano-en-sociedad”, por eso se llaman sociales. La psicología pone el énfasis en el individuo x, la sociología pone el énfasis en el conglomerado de individuos, pero no en nombres específicos, es la generalidad máxima, la antropología también en el ser humano, pero es un poco más compleja y a veces más abstracta, si tomamos en cuenta la arqueología, pues va a tener que valorar una serie de hallazgos, de piezas arquitectónicas, de objetos, es decir, son objetos diferentes. ¿Y la historia, qué va a tratar?, especialmente de los muertos, como la arqueología, lo que pasa es que la historia va a tratar de los muertos que entran en el ámbito de la historia, mientras que la arqueología va a estudiar a los muertos que entran o que pueden entrar en el ámbito de la prehistoria. Así, ¿en qué momento empezamos a hablar de historia?, en el momento en que aparecen datos o fuentes escritas, en el momento en que aparecen los registros históricos, porque si no hay registro histórico, es muy probable que eso le toque investigar a la antropología o especialmente a la arqueología, etc.

Todas las áreas tienen epistemologías diferentes. No es lo mismo investigar desde el punto de vista filosófico, que investigar desde el punto de vista histórico, que investigar desde el punto de vista filológico. La manera de investigar son diferentes y, el objeto de estudio, incluso puede ser el mismo, pero la manera de abordar el objeto de estudio, va cambiando de acuerdo a la disciplina, dependiendo del punto de vista desde el cual se asuma. 

Ahora bien, compliquemos más las cosas. Podré no conocer muy bien cómo serán las otras disciplinas, pero hasta donde tengo entendido, en historia, por ejemplo, existen varios métodos de investigación, dentro de la misma disciplina histórica. Y en filosofía, ahí sí les puedo decir que son muchos métodos de investigación o muchas maneras de acercarse al objeto de estudio. Especialmente, la investigación filosófica es tradicionalmente de índole bibliográfica, es decir, fundamentada en libros que discuten y reflexionan sobre un tópico. De tal manera que la filosofía podrá poner énfasis en la construcción de los argumentos, en los juicios a priori, en los razonamientos, en las antinomias, en las falacias, en las tautologías, etc.

En síntesis, hay que afirmar que, en las 3 disciplinas en torno al estudio de las humanidades, cada una de ellas tiene en su interior maneras diferentes de investigar.

 

Quizás lo más lo más complejo a la hora de investigar es la metodología.

Si partimos de la metodología tradicional, que la podemos ejemplificar imaginándola como una caja; cuando en el transcurso de una investigación topamos con un obstáculo, lo que buscamos es ver cómo hacemos encajar el obstáculo en la caja. Es así que lo forzamos para poder hacer que entre ahí; lo rompemos en pedacitos, ¡lo importante es que quepa ahí!, Esa bien podría ser la caricatura de la visión tradicional, cuando la visión más anárquica del conocimiento, si tomamos en consideración lo que plantea Paul Feyerabend, significa que una vez que nos encontramos con este objeto que es la resistencia, nuestro objeto de estudio no es que tengamos que forzarlo para que encaje con nuestro método. No, más bien, lo que hay que hacer es lo contrario, es adaptar nuestro método al nuevo objeto de estudio, y a veces se tiene que ir adaptando en el camino.  Entonces ¿este método no sirve porque es muy pequeño para que quepa el “objeto” de estudio? Bueno, entonces, o se modifica o se elimina, y habrá que crear otro método que sea acorde a las resistencias y a las exigencias del nuevo objeto de estudio.  ¡Eso no lo contempla la tradicional guía académica!

 

Es cierto que podemos terminar un trabajo típico de investigación como se ha hecho siempre: la típica tesina aburrida que después nadie va a consultar; pero también se puede hacer un ensayo, y puede ser que parte de esa investigación sea la exposición de ese ensayo, y si es algo muy interesante, tal vez se pueda llevar esa charla a un lugar en donde sí va a tener impacto [xx].

 

Puede ser que otro tema de investigación de pie para que se haga un vídeo y para que ese vídeo se proyecte en una comunidad específica y para que después de que se proyecte, los jóvenes respondan a las inquietudes de la comunidad, o sea, convencido estoy que la gestación del conocimiento tiene que ser flexible y no seguir al pie de la letra un tradicional típico programa de guía académica, que lo que genera simplemente es el cumplimiento de un requisito para una nota X y después de eso, a nadie le importa el tema.

 

Caso contrario ¿por qué no, una profesora o profesor de literatura -dependiendo de la situación del momento, dependiendo de los estudiantes etc., - podría sugerirles a sus estudiantes: “¡bueno, hagan un cuentario!”. ¿Y quién va a escribir los cuentos? En fin, si se lanza dicha propuesta es porque a esos estudiantes les gusta escribir cuentos. Estoy imaginando. Y se termina en un “cuentario” en torno a un tópico específico. Y será riguroso, ¿saben por qué? porque la guía será académica, porque no es lo mismo un curso que se llame guía académica de investigación a un curso que se llame guía de investigación académica, porque cuando el curso se llama guía-de-investigación-académica, el énfasis está puesto en una investigación de tipo académica, es decir, la típica investigación académica y aburrida de la que hablamos, pero cuando se habla de una guía-académica-de-investigación, la investigación no tiene que ser necesariamente “académica”.

 

O, dicho de otra manera, aunque el peso recaiga sobre la guía académica que imparte el profesor, es claro que el profesor da una guía académica para que los estudiantes hagan una investigación. Pero puede ser una investigación de índole artística, de índole creativa, de índole periodística. Entonces, es algo que quizás podría cambiar el devenir de los nuevos tiempos.

 

El gran problema del costarricense, y esto hay que decirlo, es que seguimos siendo “siervos menguados", reflejándose también en la esfera epistemológica.

Si la moda nos indica que tales cosas se están haciendo en los países entrecomillados “desarrollados”, ¡hagámoslo aquí, porque si no, nos quedamos atrás!

Pensemos en cualquiera de las modas ideológicas, turísticas o lo que queramos imaginar; el tico sigue la tradición gestada por nuestros “hermanos mayores”, por los países poderosos.

Cuando vienen los cambios de afuera, entonces ¡ahí sí, ahí sí tenemos permiso! porque otros lo han hecho, pero no tenemos la valentía de hacer nuestras propias cosas, o sea, ¿cómo es posible que hay científicos que se formaron en los países industrializados y tecnológicos, que retornaron al país, y pudiendo tener el conocimiento para, por ejemplo, hacer automóviles, ¿cómo es que en este país no tenemos un automóvil hecho por nacionales?[xxi].

 

Todo es importado. Hasta los productos más elementales como el arroz y los frijoles se importan de otros países. ¿Por qué? porque no ha existido un cambio en nuestra estructura mental creativa, y eso hay que decirlo, porque si nadie lo dice hay que decirlo, eso es lo que debería de mostrar la universidad con sus profesionales: ¡que sean atrevidos, que se atrevan a hacer nuevas cosas! Finalmente, si nosotros no cambiamos cosas tan sencillas como estos programas de guía académica o la manera como se discute la universidad, no habrá cambios positivos y significativos en nuestra vida social, y siempre será más de lo mismo.

 

El cambio en la estructura mental creativa y epistemológica, es una responsabilidad que le corresponde de manera esencial a la educación. Y el impulso final les corresponde a las universidades públicas[xxii]. Pero dicha responsabilidad no se ha asumido con seriedad.

 

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

●       Aristóteles: Metafísica.

●       Bachelard, Gastón: El nuevo espíritu científico (1934)

●       Bachelard, Gastón: La formación del espíritu científico (1938)

●       Bachelard, Gastón: El materialismo racional (1953).

●       Berkeley, G.: Principios del Conocimiento Humano.

●       Castaneda, Carlos: Las Enseñanzas de Don Juan (1968). (Introducción de Octavio Paz). Fondo de Cultura Económica. 2ª reimpresión 2003. México, D.F.

●       Dartigues, André: La Fenomenología (1972). Herder, 1981. Barcelona.

●       Feyerabend, Paul: Adiós a la Razón (1981). Tecnos, 3ª ed, 1996. Madrid.

●       Feyerabend, Paul: Contra el Método (1981). Folio, 2002. Barcelona.

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●       Habermas, Jürgen: Ciencia y técnica como ‘ideología’.

●       Heidegger, Martin: El Ser y el Tiempo (1927).

●       Heidegger, Martin: Introducción a la Metafísica (1953)

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●       Kant, Inmanuel: Crítica de la Razón Pura.

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●       Lakatos, Imre: Historia de la Ciencia y sus reconstrucciones  racionales.

●       Lakatos, Imre: Escritos Filosóficos I: La Metodología de los programas de Investigación (1978) Alianza Editorial 2007, Madrid.

●       Locke, John: Ensayo sobre el Entendimiento Humano.

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●       Nietzsche, Friedrich: La Gaya Ciencia.

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●       Onfray, Michel: Antimanual de Filosofía.

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●       Popper, Karl: El Cuerpo y la Mente (1969). Ediciones Paidós, 1ª ed, 1997. Barcelona.

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●       Rousseau: El discurso sobre las ciencias y las artes, 1750.

●       Sartre, Jean-Paul: El Ser y la Nada (1943). Aguilar, 1982. Madrid.

●       Sartre, Jean-Paul: La Imaginación (1936) Sudamericana, 1973. Buenos Aires.

●       Sartre, Jean-Paul: L’ Imaginaire (1940). Gallimard, Paris

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


[ii] Si han de darse explicaciones, para eso existe el planteamiento del problema, incluso la justificación; y para más explicaciones, se puede utilizar la división capitular, en donde se pone el título y se explica en qué consiste; (lo que casi no tiene sentido porque en tres o cinco líneas se explica de qué va a tratar el capítulo)

[iii] Por ello, algunos profesores de filosofía nos hemos opuesto en el pasado al nombre del curso “Filosofía y Pensamiento”, el cual debería llamarse simplemente curso de Filosofía, porque el término pensamiento es demasiado abierto y se podría meter ahí cualquier postura política y religiosa. La oposición se sustenta en que toda filosofía es un pensamiento, pero no todo pensamiento es filosófico, así que, sí son importantes la precisión en los términos y en los vocablos.

[iv] Lo que prácticamente es lo mismo, más bien es como darle vuelta a lo mismo, ustedes han visto que los objetivos dependen de los problemas, entonces ¿para qué reiterar? resulta cansada esa repetición. Bien podemos hacer una investigación simplemente con los problemas o solo planteando objetivos.

[v] El estudiante que pretendía que llevando investigación 1, investigación 2 y 3 lo conducirá a la conclusión de la tesis, se equivocaba; porque por lo general, eran profesores diferentes, y de ramas filosóficas diferentes. Y cuando es un profesor diferente quien dirige la investigación, no está obligado a aceptar el pre-proyecto de investigación aprobado en otro momento. Entonces, son cursos que muchas veces vuelven locos a los estudiantes, por lo que ellos se quejan diciendo, “¿para qué todo esto, si después cuando llegue al otro curso no podré continuar lo anteriormente aprobado?” En efecto, es muy probable que el otro profesor pida una metodología de investigación diferente, y porque dichos cursos son cursos guías de investigación, independientes unos de otros.

[vi] De cualquier manera, los profesores de humanidades no estamos preparados para dar las herramientas a todos los estudiantes que estudian en diferentes carreras -y tampoco tenemos por qué estarlo-; es decir, por más que hagamos un gran esfuerzo, siempre vamos a quedar mal ante los ojos de otras áreas que -quizás con razón-, dirán que no les enseñamos lo que ellos creen que deberíamos de haberles enseñado para que hicieran las tesis en todas las carreras o disciplinas universitarias.

[vii] Se establece y se cuestiona por vez primera, puesto que no conocemos hasta el momento de un texto más antiguo que cuestione qué es la ciencia, qué es el conocimiento y cómo se puede adquirir, y a partir de ahí tenemos una línea que viene desde Sócrates -hace 500 años aproximadamente- hasta la actualidad.

[viii] Por su parte, es notorio que se comportan para recibir palo, son obedientes, aguantan las presiones e injusticias sociales, pero en cambio sí se alteran por nimiedades, por cositas mínimas, por una palabrita mal dicha hay que hacer una revuelta ¡jamás permitir eso!, ¡se le salió el profe!, ¡ay!, ¡el mundo se cae en pedacitos! Sin embargo, para lo que está pasando, para las cuestiones más medulares, por ejemplo, cosas más profundas, como que una gran parte de ellos no van a tener trabajo o van a tener que emigrar; sobre esas cosas no se manifiestan; cosas más profundas y existenciales ¿verdad? Prefieren seguir repitiendo como loros lo mismo: que “somos el país más feliz del mundo”, porque las redes sociales difunden la impresión de los jóvenes que vienen a pasear a Costa Rica y exclaman: “¡Sí, Costa Rica, qué bello es, qué verde que es, qué libertad!”, etc.  Pero si empezamos a cuestionar realmente, en nuestro país no nos atrevemos ni siquiera a cuestionarlo entre los mismos ticos. Es como un autoengaño que se reparte y se reproduce por todos lados.

 

[ix] Desde ahí ya están bien moldeaditos, hacen la primera comunión, van el 15 de septiembre con los farolitos, repiten que son el país más feliz del mundo, que “en costa rica pura vida, pura vida”.  Ahí, digamos, lo básico, es más, hasta terminan creyendo y todavía siguen creyendo en cosas mágicas que les metieron en el cerebro cuando eran niños, ¿y por qué?  porque les reconfortan ese montón de mentiras, se acostumbraron a ellas y entonces ya hay un apego emocional, sentimental, existencial ¿cómo se van a desprender de lo que abuelita me enseñó, si con ella iba a rezar y a poner velitas, y hay un elemento sentimental y después nos íbamos a comer un helado; entonces, precisamente por esos apegos, no se dejan de lado cuestiones que marcan nuestra vida. Después, llegan a la secundaria y ahí está, para que los adolescentes no se rebelen - porque si uno no se rebela cuando joven no se rebela nunca, si uno no es rebelde cuando es joven, nunca se rebelarán realmente.  Entonces ¿cómo se controla a la juventud?: estudien-estudien-estudien, tienen examen mañana y pasado mañana y la próxima semana y la que sigue, estudien, estudien, no piensen, no hay tiempo para la rebelión y tienen que pasar por los múltiples coladeros, hacer los exámenes de bachillerato y de admisión. Con este panorama ¿realmente les están dando todo esto para que adquieran conocimiento? No, no, porque el conocimiento se adquiere solamente por motivación, por lo que a uno le interesa, por eso el conocimiento es interesado. Y llegan a la universidad, ahora sí, démosle un cursito de filosofía para que digan que somos universidad, pero desde niños recibieron religión, desde niños les metieron un montón de miedos y mentiras ¿y qué podemos hacer con todo eso en un curso de filosofía?, no podemos hacer magia. Imagínense lo siguiente: recibir un primer curso de filosofía en la vida es como estar recibiendo clases de primer grado cuando uno empieza a aprender a agarrar el lápiz para escribir, entonces, no podemos hacer maravilla para que los estudiantes salgan con una conciencia crítica, cuando se les ha mentido y moldeado el cerebro durante 19 años o más, ¡Ah! ...pero hay que dar la imagen de que somos universidad, que ¡hasta cursos de filosofía damos! Y si a la par de eso, tenemos profesores que no cuestionan y no critican el statu quo en el que estamos “entonces cerremos y vamonós”. Antes que vociferar malas palabras, quedémonos sin palabras.

 

[x] Yo personalmente también tengo que estar -aunque quizás a una escala mucho inferior que el promedio- enfrentándome a este comportamiento adictivo. De repente, y como dijo el Chavo “sin querer queriendo” nos percatamos de que habíamos pasado 30 minutos viendo estupideces. ¿Saben ustedes, lo que es pasar 30 o 45 minutos viendo estupideces? Hagamos la contabilidad: pongamos 30 minutos al día, a la semana ¿cuántas horas serían?, ¿y al mes?, … ¿y al año? En el transcurso de tres años ya somos tarados. Solo imagínense el tiempo desperdiciado (por lo que sería bueno tener bajo la almohada De Brevitae Vitae de Séneca) o sea, imaginemos que esas horas las hubiéramos dedicado para aprender a tocar un instrumento, para pintar, para leer y escribir, para sembrar y cuidar flores, para pasear, para pasar más tiempo con nuestros seres queridos y nuestras mascotas, para meditar, y lo más importante, para pasar tiempo-consciente con nosotros mismos.

 

[xi] Cuando les cuento esto a los más jóvenes, piensan que estoy inventando, porque ellos no lo vivieron. Por eso, cuando he presentado un libro de mi autoría o un libro de un amigo o colega, me parece patético el público cautivo que alimenta el autoengaño, también patético. En donde mediante el recurso al público cautivo se le quiere hacer pensar al diminuto público interesado, que la muchedumbre también está interesada en dicha actividad académica, artística o cultural. Es como cuando nos obligan a escuchar a los candidatos a la rectoría, o nos coaccionan para votar en la política universitaria, porque si no lo hacemos seremos castigados con un rebajo del salario. Farsa, autoengaño, hipocresía, doble moral están a la orden del día. Antes que hablar para un público cautivo es preferible hacerlo para los cuatro gatos. Dar clases es diferente, porque nos pagan por eso. Antes, se tenía que llegar temprano a los auditorios, si se quería encontrar sitio, porque de no ser así terminaba uno sentándose en el piso. Todo eso sucedía. ¿Por qué? Porque eran otros profesores -mea culpa- y eran otros estudiantes, y la visión universitaria que tendía más al estímulo de la adquisición del conocimiento era otra. Hoy la visión universitaria autoritaria cada vez desea imponerse más.

[xii] En los cursos desearía escuchar más oposición, que un estudiante me diga “Hey profe, yo no estoy de acuerdo con lo que dice el compañero, me parece que él hace una mala lectura del texto por tales y tales razones, y el otro estudiante contesta “Más bien me parece que es usted quien no entendió el texto, revise el capítulo x, y lea el párrafo z que dice…, y es más, si quiere se lo leo”, etc. Esa actitud crítica genera debate, ganas de seguir discutiendo y pensando, pero no se trata de decir siempre lo que uno piensa, es quizás más importante siempre “pensar lo que se dice”; pero no, no podemos decir nada porque entonces el compañero se va a enojar y va a creer que es un asunto personal. Digamos que todo el mundo cuestiona lo que uno dice, y tienen sus posturas críticas. Pensemos que sí, que están ahí en su cerebro cuestionándolo todo -pero para eso se necesita poner mucha atención- y la gente se dice a sí misma, “no estoy de acuerdo por esto y esto” ¡Pero no lo dicen, no lo manifiestan! Luego preguntamos, ¿hay dudas, hay comentarios? Pero esas mentes ahí llenas de un montón de ideas callan. Se van sin nunca haber manifestado lo que pensaban. Finalmente, ¿por qué debe importarnos realmente lo que pensaban, si en ningún momento dieron a luz su pensamiento?  Es como que no existieran, así de sencillo, aunque lamentable; pero la gente tiene miedo de hablar. Voz en off: “¿qué pasará si digo algo que va en contra de la moda, o de las cosas que en este momento nadie se atreve cuestionar?”.

 

[xiii] Alguien llega y me dice “Sí, existen los ángeles y existen muchos tipos entre ellos”. Pero ¿cuáles son los argumentos si no hay pruebas? Y resulta que los argumentos me resultan sólidos y me convencen. Pues mañana mismo tendré una transformación, seré angeólogo (no angiólogo: médico especialista en las arterias), porque tuve una revelación mística religiosa gracias a esos argumentos poderosos, y sólo de ángeles les voy a hablar, a como el “alcohólico anónimo” que ya saben de qué les habla.

[xiv] Si ven un mensaje que agarrará toda la pantalla del celular ni siquiera lo abren; quieren mensajitos, textos pequeñitos. Habría que preguntar hoy cuántas personas leen por lo menos dos libros al año, sin que sean obligatorios, que lo leen por puro gusto; es más, ese hábito de la lectura ya ha ido muriendo.

[xv] Imagínense qué interesante. E invitan a sus familiares y a otras personas interesadas para que ese día, a tal hora, es en vivo, viene el programa y entonces la gente pone sus comentarios, etc. ¿Y quién sabe? Tal vez se emocionan tanto que terminan llevando ese programa a otra plataforma de Facebook o quedándose ahí mismo. Y ese programa podría seguir funcionando después de haber terminado la guía. Son ideas. No imposibles de realizar.

[xvi] Por eso he sugerido, en el caso de un grupo de estudiantes que estudia el fenómeno de la gentrificación en Guanacaste que, si tenemos el aval de los otros profesores de guía, no realicen la típica presentación, en donde se aparecen y el resto del público está a la espera de la culminación de los 20 minutos, -¡porque tienen que presentar los objetivos, los problemas y hablar unos segundos del desarrollo de los capítulos!... Y después las preguntas. Y se continúa con lo de siempre. 

[xvii] Actualmente no me presentan un ensayo que vengo pidiendo desde 1997, pero investigan y hacen la presentación. Y después de eso terminan haciendo un video, que es como volver a reafirmar lo investigado, antes de la presentación de la misma.

[xviii] Y no me refiero a lo expresado en reglamentos, sino al sentido auténtico.

 

[xix]  Se lee algo, se manda una propuesta una semana antes, llega el día de la reunión y por lo general la gente no ha leído lo que le han enviado y lo que se hace es votar la propuesta, pero prácticamente no hay discusión y las cosas pasan así rapidísimo y de repente, tenemos aquí una construcción, una construcción multimillonaria y bueno, todavía no hemos visto problemas de aire acondicionado, pero cuando se friegan los aire acondicionados, se dice que no hay presupuesto para arreglarlos,  mas las grandes construcciones continúan, porque aquello ya se aprobó en una reunión de asamblea , y eso acaece cuando no ha existido una intensa discusión al interior de cosas que yo denomino… -no es que sean cosas baladí- sino que son cosas que… (tampoco es que sean cosas extra universitarias) pero no son las cuestiones propias de las que tienen que estar discutiendo un intelectual en la universidad.

[xx]   No hace mucho tiempo, uno de mis grupos que estudió sobre los petroglifos de curubandé, hicieron su presentación (antes de lo que exigía la guía académica), en la comunidad de curubandé, y la gente llegó, porque había gente interesada en el tema y fue muy fructífero y la universidad de Costa Rica tuvo presencia en esa comunidad, pero ¿qué pasa si solamente se hubiese presentado en las aulas universitarias? A veces, dependiendo del tema -. y lo digo sinceramente-, escuchar las presentaciones de la guía académica es casi que una tortura, más cuando es un tema que ya se ha tratado, es un aburrimiento… ¡claro, uno tiene que actuar, “que interesante”! y etc. y también los estudiantes están ahí: “¡Qué bostezo tener que escuchar eso!” ¿Pero, por qué? porque no están interesados, ¿y por qué no están interesados? Porque no los involucra existencialmente, mientras que en esa comunidad de Curubandé la gente estaba involucrada existencialmente en el problema.

[xxi]  ¡Por favor! un automóvil o un vehículo que sea usado para el trabajo duro; tal vez no muy bonito ni muy rápido, pero que sea para trabajar; ¿cómo es que en este país no se han fabricado una serie de electrodomésticos que perduren y no se tengan que votar al año, que se hagan y que se vendan solamente a los nacionales? Pero no. Todo es importado. Mientras no saltemos a una verdadera y auténtica mentalidad epistemológica de cambio, la situación presente no cambiará.

 

[xxii] La burocracia administrativa al interior de las instituciones públicas, funciona como un parásito que seca las iniciativas más honestas tendientes al bien común. Y, tras de eso, las instituciones públicas se ponen al servicio de intereses privados.

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